
Expertos en la atención a la discapacidad intelectual alertan de un exceso en la prescripción farmacológica
El Institut d’Assistència Sanitària, la Societat Catalana de Psiquiatria i Salut Mental i Granés Fundació reúnen más de 300 profesionales en la 2.ª Jornada de Salud Mental y Discapacidad Intelectual
Expertos de primer orden, nacionales e internacionales, exponen buenas prácticas en la atención sanitaria y social de las personas con una discapacidad intelectual y del desarrollo
Las personas con discapacidad intelectual (DI), autismo o ambas condiciones, tienen una mayor probabilidad que se los someta a prácticas de “poco valor”, sobre las cuales no hay evidencia científica suficiente del beneficio para la persona o tienen más daños que beneficios. Entre estas prácticas se encuentra una mayor probabilidad que se los prescriban psicofármacos, a veces sin un diagnóstico que lo justifique, o una mayor probabilidad de utilización de prácticas que limiten la toma de decisiones consensuadas. Para abordar las mejores prácticas posibles en la atención social y sanitaria de las personas con una discapacidad intelectual y del desarrollo (DID), el Institut d’Assistència Sanitària (IAS), la Societat Catalana de Psiquiatria i Salut Mental (SCPiSM) y Granés Fundació han reunido hoy más de 300 profesionales en la 2.ª Jornada de Salud Mental y Discapacidad Intelectual que organizan las tres entidades.
La jornada, que tendrá lugar en el Parc Hospitalari Martí i Julià de Salt hasta la tarde, cuenta con participación de expertos de primer orden, nacionales e internacionales, que tratarán las buenas prácticas en cada uno de los bloques temáticos priorizados en la presente edición. Entre otros, abordarán el tratamiento farmacológico, el consumo de tóxicos, la atención a las personas con funcionamiento intelectual límite, o la mejora de las competencias y desarrollo de herramientas innovadoras de apoyo a las prácticas de los profesionales de atención médica en la atención a las personas con discapacidad intelectual.
Durante la presentación de la jornada, el presidente del IAS, Martí Masferrer, ha hecho un recorrido histórico por la atención sanitaria en el territorio, desde el antiguo Hospital Santa Caterina de Girona hasta la configuración actual del Parc Hospitalari Martí i Julià de Salt, en qué al 2003 se configura el Servicio de Discapacidad Intelectual y Salud Mental. Por su parte, el director de la Xarxa de Salut Mental i Addiccions de l’IAS, Claudi Camps, ha hecho hincapié en el adelanto “necesario” de la atención a las personas con discapacidad intelectual: “Una sociedad también se define por cómo trata las personas vulnerables, y las personas con discapacidad han sido históricamente olvidadas. Las jornadas como las de hoy son claves para avanzar en su atención a la salud y derechos”. A su vez, la directora gerente de Granés Fundació, Laura Masferrer, ha destacado el objetivo de la entidad y de estas jornadas: “Queremos generar un impacto positivo en el ámbito de la salud y del sector social, y también en el educativo, y en todos aquellos que generen bienestar a las personas con discapacidad”. La presidenta de la SCPiSM, Gemma Perramon, ha expresado el valor de la sociedad científica para generar y compartir conocimiento y ha destacado el grupo de trabajo específico creado en la atención a la discapacidad intelectual y la salud mental, en que participan diferentes profesionales del IAS.
Más del 70% de las personas con discapacidad intelectual reciben tratamiento farmacológico
Concretamente, a primera hora de la mañana, el psiquiatra especializado en discapacidad intelectual del Sistema Nacional de Salud inglés, Ken Courtenay, ha alertado del exceso generalizado de la prescripción farmacológica en el colectivo. Más del 70% de las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo reciben tratamiento farmacológico, según se ha puesto de manifiesto. La excesiva prescripción de fármacos a personas con discapacidad intelectual es una realidad. Diferentes estudios señalan que entre un 30-70% de las personas que viven en entornos residenciales, y entre un 10-20% de las personas con que viven en la comunidad reciben tratamiento psicofarmacológico, fundamentalmente antipsicóticos y benzodiacepinas. La utilización de estos fármacos en personas con una discapacidad intelectual es superior a la que se observa en la población general, mientras que otras clases de fármacos como los que se prescriben para el tratamiento de la hipertensión, la diabetes, enfermedades igual o más presentes en personas con discapacidad intelectual son mucho menos utilizados en no ser diagnosticadas y, por lo tanto, no tratadas.
Durante el debate también se ha puesto de relevo el riesgo de recetar medicamentos por parte de la comunidad médica para tratar un comportamiento que puede ser una expresión de malestar o una forma de comunicación, y no un trastorno mental. En este sentido, los expertos reunidos hoy recuerdan que algunas personas con discapacidad intelectual tienen dificultades para comunicar sus necesidades y preferencias emocionales, y afirman que la evidencia sobre la utilización de psicofármacos en los trastornos de la conducta en personas con discapacidad intelectual “es insuficiente”.
Los resultados y las conclusiones de diferentes estudios realizados en el estado español en los últimos años corroboran esta afirmación, y entre otros datos aportados, indican que la población con DI presenta más frecuencia de tratamiento farmacológico que la población general, y que el consumo de fármacos en esta población se caracteriza por el “fuerte policonsumo”. Casi la totalidad de las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo (94%) toma fármacos de tipo psiquiátrico, con una media de 3,74 fármacos diarios. El 56% toma fármacos antipsicóticos, y el 46% anticonvulsivos. Una tercera parte de las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo que toman psicofármacos no disponen de un diagnóstico formal de enfermedad mental.
Los psiquiatras especializados en discapacidad intelectual señalan, en estos estudios, que los fármacos pueden tener un papel crucial si forman parte de un enfoque integral multidisciplinario, en que la terapia psicológica se tiene que considerar como la primera opción, especialmente cuando se pretende apoyar a personas con dificultades en la regulación de la conducta y las emociones. También mantienen que la comunidad médica tiene la responsabilidad de asegurarse de haber evaluado completamente el potencial de una persona para beneficiarse de los medicamentos antes de recetarlos. Si se prescriben con prudencia, los medicamentos —dicen— pueden aliviar la angustia mental o acortar un episodio de depresión o psicosis, entre otras enfermedades, a las personas con discapacidad intelectual. Si se considera un fármaco, los prescriptores tienen que realizar una evaluación diagnóstica exhaustiva y tener en cuenta las comorbididades antes de prescribir. En este sentido, es esencial que los psiquiatras y clínicos se comprometan y escuchen realmente a la persona con discapacidad intelectual, sus familiares y personas de apoyo en cuanto al uso a corto plazo de medicamentos psicotrópicos para enfermedades mentales y/o conductas que preocupen. Así mismo, apuntan a la necesidad de ofrecer información de lectura fácil sobre el paciente y los medicamentos y a los ajustamientos razonables para satisfacer las necesidades de una persona en relación con su capacidad de comprensión.
Seguido de Ken Courtnay, intervendrán los psiquiatras Joanneke van der Nagel, del Sistema de Salud de Holanda; Ramon Novell, del Sistema de Salut de Catalunya y jefe de servicio de Discapacitat Intel·lectual de l’IAS; y Maria de Mar Adrover, del Sistema de Salud de Gales. También participará el psicólogo social, Jordi Solé, jefe del Servicio de Atención a las Personas del Departament de Drets Socials a Girona. Al acabar cada ponencia habrá un debate con la participación de personas con una discapacidad intelectual y familiares.
La conclusión se llevará a cabo a las 17.30 horas e irá a cargo del presidente del IAS, Martí Masferrer; el secretario de Afers Socials i Famílies, Lluís Torrents, y el gerente de la Regió Sanitària de Girona, Miquel Carreras.
La jornada de hoy es la segunda edición de un referente del ámbito de la atención a la discapacidad, dirigida a profesionales de entidades sociales, de servicios sociales básicos y especializados, de la atención primaria, especializada y hospitalaria de salud, y del mundo educativo que, de una manera u otra, proporcionan apoyos para mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual y enfermedad mental.